QUÉ VENDRÁ DESPUÉS
Es una pregunta permanente en el correr de la vida, frente a los acontecimientos, que son buenos y malos en el ámbito general, ya sea en lo personal, familiar, social, nacional y mundial, lo cierto es que nada sigue igual, por tanto debemos buscar vivir despiertos, las circunstancias se presentan, al cual tenemos que atenderlos buscando solución favorable.
Es el caso de graves consecuencias que tenemos, en el ámbito político de nuestro querido Perú, que requiere soluciones sabias con valores, lo cual no es fácil pues como humanos, y es esto la condición principal, de aquellos que ostentan el poder en cualquiera de sus formas, requieren de ser liberados de ambiciones egoístas.
Se registra en la historia de hombres, que haciendo uso de la condición de poder en cualquiera de sus formas, al final de su tiempo de vida, se sintieron frustrados por actuar humanamente, dejando de buscar en sus vidas, lo más importante los valores espirituales del bien común, que está por encima de filosofías y huecas sutilices.
Este análisis no resulta fácil, por cuanto prevalece lo material en todo lo que nos rodea, que es propio de la vida natural, donde la maldad aparece como lo normal, frente a esta condición de riesgo permanente, es necesario buscar una forma de vida equilibrada, conjugando con los valores espirituales de paz, amor, fe, ingredientes sobrenaturales .
La felicidad no consiste en la abundancia de los bienes materiales, sino por el contrario se encuentran en los dones espirituales, partiendo de la gracia inmerecida que lo tenemos a nuestro alcance por medio de Jesús, única Fuente Verdadera de satisfacción plena, trayendo a la vida bendiciones materiales con espíritu de contentamiento.
En los Evangelios hay un relato, de un hombre que vino a Jesús de noche, para que no lo vieran, porque era un dignatario, es decir un señorón como lo es aquellos de estos tiempos, reconociendo señales sobrenaturales, porque nadie puede hacer lo que tú haces; reconociendo su profunda necesidad espiritual, en condición de humildad y arrepentimiento.
La respuesta que recibió: Es necesario nacer otra vez, incomprendida, y que tiene vigencia hoy, porque el viento sopla y no sabes de donde viene ni a dónde va, y porque lo que nace de la carne, carne es y lo que es nacido del Espíritu, tiene frutos de gozo y paz para ver el Reino de Dios y Su Justicia, con verdaderos valores basado en el amor de Dios y al Prójimo a quienes debemos servir. BUSQUEMOS SEGURIDAD EN LA INCERTIDUMBRE.
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