Celebramos este domingo 13 de mayo el “Día de la Madre”, es una actitud que se celebra en distintas partes del mundo, aunque en diferentes fechas, lo cual es una actitud de Honra que merece toda mujer madre.

Son tiempos en el mundo de grandes circunstancias adversas a la mujer, sobre todo en condiciones de violencia, afectando su dignidad, es propio de las realidades sociológicas.

Los valores morales en una sociedad descompuesta, se manifiesta afectando a la mujer en su género, degradando de diferentes formas y maneras, que tiene repercusión en el hogar, pero también en el trabajo.

Es pues la mujer ayuda idónea para el varón, que se expresa en el matrimonio, debiendo por tanto el hombre respetar a la mujer, cualquiera que sea su condición dentro de su dignidad en todas las formas.

La Mujer como Madre es la expresión mayor en beneficio de la existencia humana, lo cual constituye una gran bendición de Dios, y es de gran necesidad humana en general, reconocer  este beneficio a través de los Siglos.

El respeto a la mujer es pues una condición de vida, en todo el proceso, desde la niñez, la adolescencia con los cambios biológicos, en la etapa de educación para su formación, pero también en el trabajo por más humilde que parezca.

Las ancianas son dignas de todo honor, sobre todo en la Iglesia, que se manifiestan como consejeras de las demás mujeres por su experiencia, cuidemos mucho de ellas dándoles el verdadero valor dentro de una sociedad despreciativa para el hombre y la mujer anciana.