El 26 de septiembre de 2016 se firmó un acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), con la intención de poner fin a un conflicto que ya duraba medio siglo de historia.
Oficialmente, para el mundo la paz comenzaría en aquel momento, pero según informaciones de la organización Puertas Abiertas los conflictos continuaron y los cristianos sufren cada vez más con la persecución en su país.
Según la organización, los puntos acordados entre el Gobierno colombiano y las FARC, un grupo de guerrilleros regidos por la ideología de izquierda y que hizo del tráfico de drogas y del secuestro su principal fuente de ingresos y negociaciones políticas, no se están cumpliendo.
Los cristianos son más perseguidos en las zonas ruales, principalmente los líderes, por ser capaces de influenciar a la población. Por el hecho de que los guerrilleros hayan obtenido el estatus de partido político, ellos ahora actúan con más libertad, presionando a la población y exigiendo el cumplimiento de sus pautas, entre ellas muchas que contrarían los principios cristianos.
La Puertas Abiertas denuncia que actualmente los antiguos guerrilleros actúan disfrazados, usando ropas diferentes, aunque la población sepa reconocerlos. Ella pide que los cristianos oren por los colombianos, para que se sientan alentados y fortalecidos para soportar la situación de crisis y persecución de su país