Foto: GPO
Me dispongo a escribir estas líneas en media hora, siendo las 5 pm del 8.5.19 en Jerusalén. Sin negar que son escritas a flor de piel, quizás más desde la emoción que desde el análisis exhaustivo.
Hoy es el día de la Memoria de los soldados y soldadas caídas en las guerras de Israel y las víctimas del terror, en un par de horas estará comenzando día de independencia al mismo tiempo que culmina el día de recordación.
Roni Kaplan
Tiempo de recuerdos. Hace unos días recordaba el pueblo de Israel las víctimas del Holocausto, hoy las víctimas de las batallas del Estado del Israel. Todas estas semanas de la cuenta del Omer se recuerda a las víctimas del odio entre hermanos que dominaba las relaciones de los alumnos de Rabbí Akiva, hace 2 milenios.
La palabra “historia”, como me explicaba un amigo[1] hace unos días, no tiene traducción al hebreo. Para el pueblo de Israel, creo, más que historia hay memoria- zikaron.
La propia oración en la teología judía, comienza apelando a Dios desde la memoria -el Dios de nuestros padres- antes de apelar al Dios metafísico, como la mayoría de credos. La memoria o el recuerdo, es pues, lo que genera conciencia e identidad, la memoria de un amigo que cayó en la batalla, la memoria de un familiar que murió en el holocausto, la memoria de antepasados cuyas relaciones estaban dominadas por odio.
¿Qué otra cosa eras, Israel, sino esa nostalgia,
sino esa voluntad de salvar,
entre las inconstantes formas del tiempo,
tu viejo libro mágico, tus liturgias,
tu soledad con Dios?
No así. La más antigua de las naciones
es también la más joven. [2]
El comienzo del regreso del pueblo de Israel a la tierra de Israel luego de 2000 años de exilio, a fines del siglo 19, es el regreso a la tierra de la cuál se habían exiliado los antepasados de estos inmigrantes, y creo, el motivo no es un motivo meramente histórico, el motivo es un motivo que tiene que ver con la memoria vívida de esta tierra a los ojos de aquellos inmigrantes, que generó un anhelo genuino por regresar.
Sacaron a gran parte del pueblo de su tierra, pero no lograron sacar la tierra del pueblo. “Si me olvidase de tí, Oh Jerusalén..” escribía el salmista y se recita en todos los casamientos desde antaño, “reúnenos de las 4 puntas de las tierra", se ora 3 veces al día y así un sinfín de frases, que hacen alusión a la preocupación por la situación climática en Israel, a la situación de calma y de paz en Israel y al recuerdo de la salida de Egipto. Todo es memoria, nada es historia, en el sentido latinoamericano.
El Estado moderno de Israel se erige sobre la visión y la fe, el empeño y el pensamiento práctico, y todos ellos se basan en la centralidad de la memoria y del recuerdo para la civilización judía. La memoria no es clasista, sino que atraviesa el espíritu humano de pobres y ricos, profesores y analfabetos, ateos, creyentes, agnósticos y dogmáticos, rusos, africanos, chinos y sudamericanos, empleadores y empleados, independientes y asalariados. Y es que todos los inmigrantes que llegaron a Israel, pertenecen a todas estas categorías humanas.
Y cuando todo este contingente, movido por su vívida memoria llegan a la Madre Patria (algunos nunca se habían ido), se preguntan: ¿qué es esto? ¿Esto es la Tierra Prometida? Si acá no hay nada!
65% de desierto, mucha piedra y poca agua, población y estados árabes reticentes al regreso en masa del pueblo a la tierra, mucha piedra, poca agua, inexistencia de recursos naturales e inexistencia de mercados regionales para la exportación.
Esa era la realidad, la condiciones de existencia eran durísimas, y mientras algunos se pararon y se fueron, otros prefirieron no llegar y un puñado decidió concentrarse en lo único que tenían: capital humano.
Gente con ganas de construir y crecer. Gente que tenía recuerdos de un pasado glorioso y promesas de un futuro lejano mejor, pero por sobre todo, que estaba dispuesta a remangarse y dejar el alma en la cancha en el presente, y gente que estaba dispuesta a dejar la vida para que la población pueda defenderse y subsistir.
Luego de todos estos años, y por el hecho de que al principio estaba falto de recurso natural y capital financiero, Israel, movido por la necesidad, logra crear una de las economías de innovación más importantes del globo.
Hoy en día es un país con serias intenciones y capacidades de encontrar una vacuna contra el cáncer, de eliminiar los accidentes de tránsito y la dependencia del petróleo. Porque "lo que no mata fortalece” y cuando superas una vez la adversidad, estás dispuesto a intentarlo más veces, y cuando el fracaso es tolerable, qué mejor que eso.
Lejos de ser un país ideal, Israel a sus 71 años, con más de 9 millones de personas, se enfrenta a desafíos importantes, entre ellos, seguir transitando el camino de la paz con sus vecinos, fortalecer la cohesión entre los heterogéneas sectores sociales, descentralizar su población y su industria para fortalecer la periferia y así disminuir la desigualdad económica, entre otros muchos.
Por necesidad también, Israel aún sigue concentrado más que nada en desarrollar capacidades para defenderse, y en el desarrollo de su economía, pero cada vez se habla más y se vislumbra más, la forma que en que puede transformarse en una sociedad modelo, y hace ser cada vez de más beneficio para los seres humanos, premisa fundacional de este país.
¿Y el resto? El resto no es historia, el resto es memoria, memoria que hoy, día de los caídos en las guerras de Israel, grita desde las profundidades la gran cantidad de tumbas, y le confiere sentido a la entrega, a la dádiva y al servicio a la comunidad.
En el momento más profundo de la memoria del que no está, donde comenzás a aprehender la santidad de la vida, te dicen en estas latitudes, Feliz Día de la Independencia!
Roni Kaplan fue portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel para la prensa hispanoparlante y asiática en los últimos conflictos armados con el Hamas, y Jefe de enlace de las Fuerzas de Defensa de Israel con Naciones Unidas en el límite con Líbano hasta el año 2015. Roni es co-founder de Conexión Israel, una organización creada para generar y fortalecer puentes de amistad entre Israel y América Latina.