Septiembre 30, 2023
"No podemos dar a los palestinos el poder de veto sobre nuevos tratados de paz con los árabes", proclamó el primer ministro
Benjamín Netanyahu Foto: GPO
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, utilizó su tribuna ante la Asamblea General de la ONU para pedir al mundo que ponga a Irán ante «una verdadera amenaza nuclear».
Sin embargo, poco después la Oficina del Primer Ministro aclaró que el primer ministro leyó mal la oración y quiso decir una “amenaza militar creíble”.
Irán, archienemigo de Israel desde hace décadas, no solo está torpedeando sus acuerdos de paz con varios países árabes -argumentó Netanyahu-, sino que ha desarrollado un programa nuclear a pesar del escrutinio del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
«Por encima de todo, Irán debe se puesto ante una amenaza militar creíble. Y mientas yo sea primer ministro de Israel, haré todo lo que esté en mi mano para evitar que Irán consiga armas nucleares», dijo el jefe de Gobierno según el discurso publicado por su Oficina.
Además de las habituales invectivas contra Irán como presunto patrocinador del terrorismo internacional, Netanyahu tendió la mano a los países árabes que han firmado o quieran firmar acuerdos de paz con Israel, y particularmente a Arabia Saudita, con la que se negocia un acuerdo con mediación estadounidense.
«Contando juntos con el impulso del príncipe heredero (saudita) Mohammed Bin Salmán, podemos modelar un futuro de grandes lecciones para nuestros pueblos», dijo, y aprovechó entonces para mostrar un «mapa ideal» de Israel rodeado de países árabes aliados, que sería nexo de unión entre Asia y Europa con un potencian de prosperidad para 2.000 millones de personas, dijo.
Sin embargo, este acercamiento a los países árabes tiene un aguafiestas: según Netanyahu, son los palestinos los que se oponen a la paz con Israel con «su constante demonización del pueblo de Israel», y sobre todo el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, y sus «horribles conspiraciones antisemitas contra el pueblo y el Estado de Israel».
Por ello, animó a los estados de la región a avanzar hacia la paz sin estos últimos: «No podemos dar a los palestinos un (poder de) veto sobre nuevos tratados de paz con los árabes», proclamó.
Es más -subrayó-, una extensión de la paz con más estados árabes solo puede «aumentar las esperanzas de paz entre palestinos e israelíes», pues esos posibles nuevos acuerdos harán a los palestinos «abandonar la fantasía de destrozar Israel».
Fuente : Aurora Digital
La retirada de Estados Unidos del estratégico paso fronterizo podría intensificar la consolidación militar de Irán en el sur de Siria y ayudar los esfuerzos iraníes para transferir armas avanzadas a Hezbollah en el Líbano.
Por Tal Beeri
Ian J. McCary, el enviado especial adjunto de EE. UU. en Siria, declaró el 3 de junio que “el propósito de la fuerza internacional en Siria e Irak va a cambiar significativamente desde que ISIS [Estado Islámico] ha sido virtualmente aplastado… Las fuerzas ahora se centrarán en el trabajo de rehabilitación humanitaria, particularmente en relación con el campo de refugiados de al-Hawl en el norte de Siria controlada por los kurdos”.
¿Es el comentario anterior, entre otras cosas, un presagio de lo que vendrá en términos de la presencia estadounidense en al-Tanf (sureste de Siria), cuyo objetivo principal era derrotar a ISIS en esta área?
La presencia estadounidense en al-Tanf hoy, junto con las fuerzas de oposición a las que apoyan (Maghawir al-Thawra), limita severamente la actividad iraní en el corredor terrestre y, como restricción operativa, la redirige a un área geográfica central en el área de Albukamal: Deir ez-Zor.
Los estadounidenses en al-Tanf obstruyen una eventual ruta corta y rápida de los iraníes hacia Siria y el Líbano. El cruce en el área de al-Tanf, también conocido como el cruce de Al-Waleed en Irak, es la contigüidad territorial terrestre más corta y rápida desde Irán a Irak, luego a Siria y finalmente al Líbano: Hezbollah.
https://aurora-israel.co.il/wp-content/uploads/2023/06/1.png Corredor terrestre de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní desde Teherán a la frontera con Siria – Ruta del Sur El área geográfica de al-Tanf proporciona un tipo de autonomía para las fuerzas anti-Assad estacionadas allí bajo los auspicios de un paraguas militar estadounidense. Esto es para consternación de sirios, iraníes y rusos, quienes destacan (por supuesto…) que la presencia de Estados Unidos, sin invitación ni coordinación con el régimen de Assad, viola el derecho internacional.
El general Michael “Erik” Kurilla, jefe del Comando Central de los Estados Unidos (CENTCOM), visita al-Tanf y se reúne con miembros de Maghawir al-Thawra (julio de 2022). El área de al-Tanf no es impenetrable para los contrabandistas. Los esfuerzos de contrabando, principalmente de narcóticos, ocurren de vez en cuando. Irán y el extremista Eje chií intentan desafiar a las fuerzas estadounidenses y de la oposición mediante intentos de contrabando y ataques (drones/cohetes). Sin embargo, evaluamos que no se producirán grandes transferencias de armamento en esta ruta mientras exista una presencia estadounidense. La retirada estadounidense de al-Tanf también acelerará e intensificará el atrincheramiento de Irán en el sur de Siria. La proximidad geográfica directa con el sur de Siria, desde al-Tanf hasta los Altos del Golán sirios, contribuirá significativamente al atrincheramiento civil y militar del eje chií en el sur de Siria, cerca de las fronteras jordana e israelí. En otras palabras, incluso una mínima presencia estadounidense en al-Tanf desbarata la ideología de exportar la Revolución Islámica.
En conclusión, la retirada de Estados Unidos de al-Tanf (sureste de Siria) podría intensificar el atrincheramiento de Irán en el sur de Siria y ayudará en gran medida a los esfuerzos iraníes para transferir armas convencionales avanzadas a Hezbollah en el Líbano.
Fuente: Alma Research and Education Center
En las últimas semanas, se sucedieron varias advertencias israelíes de que un conflicto de gran escala es posible.
Gallant, Netanyahu y Halevi. Foto: Ariel Hermoni (IMoD)
El gabinete de seguridad se reunirá la próxima semana para discutir un posible conflicto de múltiples frentes que incluye a Irán y Hezbollah, en medio de preocupaciones sobre el progreso de Teherán hacia las capacidades de armas nucleares.
El primer ministro Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant realizarán una evaluación de seguridad previa. En las últimas semanas, se sucedieron varias advertencias israelíes de que un conflicto de gran escala es posible.
Teherán ha estado acelerando el desarrollo nuclear desde 2018, cuando Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear. Sin embargo, trascendió que un posible nuevo acuerdo no estaría tan lejos.
Israel rechaza esa posibilidad, y el primer ministro Netanyahu fue terminante en el día de ayer. “Escuché todos los informes sobre Irán, así que tengo un mensaje claro y claro para Irán y la comunidad internacional: Israel hará lo que sea necesario para evitar que Irán obtenga una bomba nuclear”.
Por su lado, Gallant advirtió respecto a “desarrollos recientes con respecto al problema nuclear iraní”. “Los peligros que enfrenta el Estado de Israel se están intensificando y es posible que debamos cumplir con nuestro deber para proteger la integridad de Israel y especialmente el futuro del pueblo judío”, dijo el ministro.
Otro punto de conflicto fue el cierre de una investigación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre rastros de uranio encontrados en sitios iraníes.
El informe trimestral confidencial del organismo con sede en Viena, distribuido a los estados miembros, dijo que los inspectores ya no tenían preguntas sobre Marivan después de determinar que “otro estado miembro” operó una mina en el área en las décadas de 1960 y 1970.
Pero el portavoz Lior Haiat del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel dijo que el material en Marivan “podría tener consecuencias extremadamente peligrosas”.
Además, esta semana el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, y el asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, sostuvieron reuniones en Washington con funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado para discutir la amenaza iraní.
Si bien el jefe de la OIEA, Rafael Grossi, advirtió que Irán ahora tiene suficiente uranio para producir «varias» bombas, es probable que se necesiten meses más para construir un arma y potencialmente miniaturizarla para colocarla en un misil.
Fuente : Aurora Digital Pacífico Comunicaciones Victor Villasante
Según las informaciones recibidas, el proceso judicial no fue justo y se utilizó la tortura para obligar a los acusados confesar.
Efectivos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní desfilan en Teherán Foto: Hamid Reza Niko Maram / Agencia de Noticias Fars CC BY 4.0 Varios expertos de la ONU en derechos humanos unieron sus voces para condenar la ejecución de tres jóvenes presos que fueron acusados de matar a agentes de seguridad durante las protestas pacíficas que se produjeron el año pasado, tras la muerte de una joven en una comisaría, a la que había sido conducida por no llevar correctamente el velo islámico.
Según las informaciones recibidas por esos expertos, el proceso judicial no fue justo y se utilizó la tortura para obligar a los acusados confesar.
«Las ejecuciones de estos hombres aumenta nuestras preocupaciones de que las autoridades iraníes siguen teniendo poco respeto del derecho internacional. La pena de muerte ha sido aplicada tras un juicio que no ha cumplido los estándares internacionales de la justicia y el debido proceso», señalaron.
Los expertos señalaron que desde el pasado 1 de enero se han reportado al menos 259 ejecuciones, la mayoría por delitos relacionados con drogas, y han involucrado a personas de minorías de una forma desproporcionada.
«El número exacto de ejecuciones se desconoce debido a la falta de transparencia del gobierno, así que es probable que la cifra sea mayor», señalaron en un comunicado.
Los firmantes fueron el relator especial de Naciones Unidas sobre Irán, Javaid Rehman; la relatora sobre la independencia de jueces, Margaret Satterthwaite, y el relator sobre ejecuciones extrajudiciales y sumarias, Morris Tidball-Binz. EFE
Irán y Arabia Saudita anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, después de años de suspensión por los ataques sufridos en 2016 en las sedes diplomáticas del reino wahabí en Teherán y Mashhad.
Mohammad bin Salman Foto: Ron Przysucha / Departamento de Estado de EE. UU. vía Flickr Dominio Público El acuerdo entre las dos potencias chií y suní de Oriente Medio se ha cerrado en China, donde las dos partes mantenían negociaciones con el apoyo de Pekín.
Arabia Saudita e Irán, las dos principales potencias del golfo Pérsico, la primera musulmana suní y la segunda chií, han mantenido desde 1979 un pulso por la supremacía en la región tras el triunfo de la Revolución Islámica en Irán que lideró el Ayatollah Khomeini.
En paralelo existía una tensión permanente, ya que Riad es aliado de Washington, mientras que Teherán considera a EEUU como su principal enemigo junto con Israel.
En julio de 1987 las relaciones se deterioraron considerablemente hasta llegar a la ruptura tras la muerte de más de 400 peregrinos musulmanes, la mayoría iraníes, en enfrentamientos con la policía saudita en la ciudad sagrada de La Meca durante los rituales de «Al Hach», mientras se manifestaban contra Estados Unidos e Israel.
Irán llegó incluso a pedir el derrocamiento de la monarquía saudita, a la que acusó de descuidar la seguridad en los lugares santos del Islam.
En 1990, tres años después de los disturbios de La Meca, los dos países reanudaron sus relaciones diplomáticas una vez que Irán tomó una actitud neutral durante la crisis y guerra del Golfo y rechazara la ocupación de Kuwait por Irak.
Con la llegada al poder en Irán en 1997 del reformista Mohamed Khatamí, las relaciones mejoraron sustancialmente y se fortalecieron en mayo de 1999 con la visita de éste al reino wahabí, la primera de un presidente iraní desde la Revolución Islámica.
Ambos países comenzaron entonces a intercambiar visitas de ministros, hasta llegar a la firma de un acuerdo en materia de terrorismo en abril de 2001.
Sin embargo, la tensión se ha agudizado en los últimos años con los levantamientos y revoluciones en los países árabes, sobre los que mantienen posturas discrepantes, especialmente sobre Bahréin y Siria, y también debido a las protestas en demanda de derechos de la minoritaria comunidad chií saudita.
En Siria, Irán apoya al régimen de Bashar al Assad en su lucha contra los rebeldes sunníes, mientras las autoridades de Bahréin acusan a Teherán de dar soporte a la opositora y mayoritaria comunidad chíi que también protagonizó una revuelta social en 2011.
En marzo de 2013, las autoridades sauditas anunciaron que habían desarticulado una supuesta red de espionaje vinculada a Irán, con la detención de dieciocho personas.
Riad rompió relaciones diplomáticas con Irán el 3 de enero de 2016 tras el asalto a la embajada saudita en Teherán y su consulado en Mashhad y un día después de la ejecución del clérigo chií disidente saudita, Nimr Baqir al Nimr.
En junio de 2017 se abrió otra nuevo escollo después de que el régimen de Teherán vinculara a EEUU y a Arabia Saudita con los atentados perpetrados por el Estado Islámico (EI) que sesgaron la vida de 17 personas en el mausoleo del imán Khomenini en la capital iraní.
Otra nueva crisis afectó en septiembre de 2019 a cuatro países: Irán, Yemen, Arabia Saudita y EEUU después de que los rebeldes hutíes del Yemen lanzaran un ataque con diez aviones no tripulados contra dos refinerías de la petrolera estatal saudita Aramco, que le supuso reducir su producción en un 50 % y de los que EEUU acusó a Irán.
En abril de 2021, ambos países entablaron negociaciones en Bagdad y el 17 enero 2022, Teherán envió a tres diplomáticos a Riad como representantes ante la Organización de Cooperación Islámica (OCI), la primera vez en seis años tras la ruptura de relaciones.
En mayo del año pasado, el ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, confirmó que había habido «pocos pero buenos» progresos en las negociaciones para normalizar las relaciones bilaterales y en julio, tras varias rondas de encuentros en secreto en Irak a nivel de jefes de inteligencia y seguridad, acordaron celebrar una primera reunión de ministros de modo abierto y a nivel político.
El 21 de diciembre Abdolahian se reunió con su homólogo saudita, Faisal bin Farhan, en la conferencia «Bagdad-2» en Amán, la capital jordana, en el encuentro de mayor nivel entre los dos estados.
Finalmente este viernes Irán y Arabia Saudí anunciaron un acuerdo que restablece sus relaciones diplomáticas, según un comunicado conjunto que precisa que ambos países reabren sus embajadas respectivas «en dos meses». EFE
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Pacifico Comunicaciones

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