El primer ministro, Benjamín Netanyahu, condenó la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que emita una opinión consultiva sobre la “ocupación de territorio palestino”.
Benjamín Netanyahu Foto: GPO Kobi Gideon vía Facebook
Netanyahu acusó al organismo internacional de “distorsionar hechos históricos” y declaró que el pueblo judío no puede ser un “ocupante” en su propia tierra.
El primer ministro, que asumió apenas el jueves, aseguró que Israel no está obligado a acatar la resolución.
“Al igual que cientos de decisiones retorcidas de la Asamblea General de la ONU contra Israel a lo largo de los años, la vergonzosa resolución de hoy no compromete al Gobierno de Israel”, apuntó el mandatario.
“El pueblo judío no está ocupando su tierra y no está ocupando su capital eterna, Jerusalén. Ninguna resolución de la ONU puede distorsionar esta verdad histórica”, agregó el titular del Ejecutivo israelí.
“Seguiremos luchando por la verdad”, concluyó.
La resolución de la Asamblea General de la ONU, que fue aprobada por 87 votos a favor, 26 en contra y 53 abstenciones, pide a la CIJ con sede en La Haya que “emita urgentemente una opinión consultiva” sobre la “ocupación prolongada, el asentamiento y la anexión del territorio palestino” por parte de Israel.
También pide una investigación sobre las medidas israelíes “dirigidas a alterar la composición demográfica, el carácter y el estatus de la Ciudad Santa de Jerusalén” y dice que Israel ha
adoptado “legislación y medidas discriminatorias”.
Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Austria, Canadá, Alemania e Italia votaron en contra de la resolución.
Captura de la pantalla / ONU
El flamante ministro de Exteriores, Eli Cohen, también calificó la decisión de “antiisraelí” y denunció que la aprobación de la resolución “presta apoyo a las organizaciones terroristas y al movimiento antisemita BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), contraviniendo los principios acordados por la propia ONU”.
“Esta última iniciativa es otro error del liderazgo palestino que durante años ha apoyado e incitado al terror y dirige a su pueblo de una manera que daña a los propios palestinos y cualquier posible final del conflicto”, dijo Cohen.
“Esta decisión no cambiará nada sobre el terreno, ni nos impedirá seguir luchando contra el terrorismo, defender a los ciudadanos de Israel y promover los intereses del país”, añadió el ministro.